Masaru Emoto, licenciado en Relaciones Internacionales y más tarde en Medicina Alternativa, empezó a interesarse por las propiedades sanadoras del agua unos 15 años antes de la edición del presente libro; tras 5 años entabló contacto con un investigador californiano que estudiaba las vibraciones más sutiles de las moléculas de agua utilizando la técnica de la resonancia magnética... Trabajando con este científico el profesor Emoto se formuló la siguiente pregunta: ¿sería posible reflejar las cualidades sanadoras de diferentes tipos de agua de una manera visible y palpable? La 'idea feliz' para llevar a cabo este estudio le llegó al probar de fotografiar los cristales hexagonales que formaban distintas muestras de agua al helarse. Y de las imágenes que obtuvo llegó la confirmación a su sorprendente hipótesis: Ciertas muestras de agua corriente de grandes urbes presentaban una estructura de cristalización muy tosca, mientras que muestras de agua de manantiales ofrecían cristales de una gran belleza. Extendió así su área de estudio al fotografiar cristalizaciones de agua de diversos lugares del mundo (glaciares, lagos, agua de lluvia, fuentes), obteniendo cristales de formas más bellas y sorprendentes cuanto más alejados se hallaban del quehacer humano.
La sorpresa mayor llegó al conseguir transformar irregulares patrones de agua contaminada en bellos cristales hexagonales al someter las muestras a la audición de canciones tradicionales, oraciones religiosas o bien música clásica. O bien al transformar 'indiferentes' cristales de agua destilada en bellos patrones geométricos al susurrarles palabras de agradecimiento, o bien al contrario, obtener horrorosas estructuras al someterlas a frases desagradables.
El japonés Emoto ha estado llevando a cabo experimentos en todo el mundo sobre el efecto de las ideas, las palabras y la música sobre las moléculas de agua.
Después de recoger la muestra de agua anterior, el Reverendo Kato Hoki, prior del Templo Jyuhouin, realizó una meditación de una hora junto al lago. Después de dicha meditación, se tomaron nuevas muestras de agua que fueron congeladas y fotografiadas.
Estas muestras después tomadas se compararon con las anteriormente tomadas del mismo lago y el cambio fue radical, formas hermosísimas hexágonos casi perfectos con formas divinales, esto a llevado al grupo de científicos encargados de esta investigación a preguntarse si es que acaso los átomos tienen consciencia propia, inteligencia.
Desde tiempos muy antiguos se decía que el verbo tiene influencia en las cosas, que la palabra tiene poder, recordemos ahora aquella palabra que en Sanscrito se llama Mantram, que significa pues palabra de poder, existen una seria de palabras mágicas que en realidad tienen influencia sobre las cosas, por este mismo fenómeno de las vibraciones en los átomos, el sonido es igual a vibraciones, y estas ultimas responden a los estímulos del verbo, veamos ahora algunas de las imágenes y sus explicaciones en el Experimento de este señor Emoto.
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Los científicos actualmente piensan que los átomos son materia y a la vez energía, pero con estos nuevos descubrimientos todo se tendrá que reescribir, porque la realidad es que cada átomo es un trío de materia energía y consciencia, es interesante recordar ahora a los consabidos Chacras del Oriente, aquellos sentidos internos que posee cada ser humano en su organismo semi-etéreo y son 7 principales, se dice que esos Chacras entran en actividad si el practicante vocaliza sus respectivos Mantrams, pues cada Chakra tiene su particular vocal, en este mismo blog esta ese tema para quien quiera estudiar las vocales de cada uno de ellos, a lo que me refiero es que si usamos la lógica en estos momentos y decimos, si los átomos externamente reaccionan con el sonido, ¿porque internamente no reaccionarían también? Y es que si reaccionan, es por ello que los sentidos internos se desarrollan con las vibraciones del verbo, con sus prácticas correspondientes.
Recordemos también que todo esta hecho de átomos, nosotros somos una infinidad de átomos, con sus tipos y sub. Tipos de energías, somos también 70% agua y en conclusión vibramos en relación al sonido, podemos inferir con esto que si cultivamos una vida llena de tranquilidad, armonía, música clásica, etc. Nuestro cuerpo estará en una vibración perfecta, más si nos alimentamos con la contaminación sonica, música agresiva, pues, seremos eso, ya que nuestros átomos reaccionaran en nuestro interior.