El legado más
importante del psicoanálisis, reformulado por ese gran terapeuta llamado
Sigmund Freud, se puede resumir en el estudio del inconsciente y su innegable
presencia, en la idea de que nuestra vida anímica, en nuestra mas intransferible
intimidad, habita un YO MULTIPLE, “huéspedes inteligentes” o “Yoes” que
desconocemos y que actúan al margen de la capacidad intelectual y de la propia
voluntad y conciencia. Es decir, el psicoanálisis demuestra que ni siquiera
somos dueños de nuestra propia casa, de nuestra alma, que subyace en estado de
hipnosis, de sueño o de sopor, prisionera de fuerzas desconocidas que la
mueven.
Para muchos desde
luego resulta humillante el planteamiento psicoanalítico, que entre otras cosas
rebate los supuestos mentales sobre los que se apoyan la ciencia moderna, el
arte, la filosofía, e incluso la religión dogmatica. No es agradable ni
alentador para el orgullo constatar el derrumbe de ciertas personalidades,
cuyas filosofías jamás habían osado ubicar la obscuridad, la degradación, la abyección
y en general las causas del drama humano en el seno mismo de la conciencia. Antes
bien, las doctrinas filosóficas y psicológicas más reconocidas parten de la
idea de que si es posible tornarse consciente modificando las condiciones
ambientales, o con formulas meramente externas, sin necesidad de una previa
auto observación, psicoanálisis o auto exploración y eliminación del EGO por
parte del aspirante a la auto consciencia.
Según las enseñanzas gnósticas,
el Ego, el Yo, el mí mismo, esto es, los defectos psicológicos, constituyen el
renombrado “inconsciente” que tanto inquieto a Freud y a sus discípulos. La ciencia
del psicoanálisis freudiano, que al decir de Ortega y Gasset “Trasciende los límites
de la consideración psicológica y se planta, de un salto, en los confines metafísicos
de la psicología.
El psicoanálisis pone
en manos del paciente los instrumentos de curación, llevándolo así a dejar de
ser “Paciente” y asumir la plena responsabilidad de una posible transformación
que sólo él puede considerar necesaria.
El psicoanálisis que
la Gnosis plantea, conduce al aspirante hasta el subsuelo de sus propios
pensamientos y sentimientos, hasta el magma de sus propios sueños, permite auto
descubrir ese hombre oculto u hombre psicológico que vive en las profundidades
de la conciencia, es decir, permite establecer una exacta diferenciación entre
el hombre externo superficial y manejado por yoes y el real ser interior
colocado en niveles superiores de conciencia.
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