Existe algo, un todo
indiferenciado, que antes de los cielos y la tierra. Sólo tiene imágenes abstractas,
ninguna forma concreta. Es profundo, oscuro, silencioso, indefinido; no oímos
su voz. Asignándole un nombre, lo llamo el Camino.
El Camino es
infinitamente elevado, insondablemente profundo. Abarcando el cielo y la
tierra, recibiendo de lo que no tiene forma, produce una corriente que fluye
intensa y ampliamente sin desbordarse. Opaco, se sirve de una clarificación
gradual mediante la calma. Cuando se aplica, es infinito y no tiene día ni
noche; pero cuando es representado, ni siquiera llena la mano.
Es reducido, pero puede
expandirse; es oscuro, pero puede iluminar; es flexible, pero puede ser firme.
Absorbe lo negativo y emite lo positivo, manifestando así las luces del sol, la
luna y las estrellas.
Gracias a él son altas
las montañas, son profundos los océanos, corren los animales, vuelan los
pájaros. Gracias a él vagan los unicornios, remontan el vuelo los fénix,
siguen su curso las estrellas. Garantiza la supervivencia mediante la
destrucción, la nobleza mediante la bajeza, y el avance mediante la retirada.
En la antigüedad, los Tres Augustos alcanzaron el orden unificador del Camino y
permanecieron en el centro; sus espíritus vagaron con la Creación, y así
reconfortaban a todo el mundo en los cuatro cuadrantes.
De esta manera, el Camino
produce el movimiento de los cielos y la estabilidad de la tierra, girando
incesantemente como una rueda, fluyendo sin cesar como el agua. El Camino se
encuentra en el principio y en el fin de las cosas: cuando se levanta el
viento, se condensan las nubes, ruge el trueno y cae la lluvia, responde como
un concierto sin fin.
Devuelve lo esculpido y
lo pulido a la simplicidad. No se las ingenia para hacerlo, sino que se funde
con la vida y la muerte. No se las ingenia para expresarlo, sino que comunica
virtud. Conlleva en sí una felicidad pacífica que no tiene orgullo, y así
alcanza la armonía.
Existen infinitas
diferencias cuando el Camino facilita la vida: armoniza la oscuridad y la luz,
regula las cuatro estaciones y armoniza las fuerzas de la naturaleza. Humedece
el mundo vegetal, impregna el mundo mineral. Los animales salvajes se hacen
grandes, sus pieles lustrosas; los huevos de los pájaros no se rompen, los
animales no mueren en el seno materno. Madres y padres no sufren la pena de
perder a sus hijos, los hermanos no experimentan la tristeza mutuamente. Los
niños no quedan huérfanos, las mujeres no enviudan. No se ven signos atmosféricos
de mal agüero, no se producen robos y bandolerismo. Todo esto es aportado por
la virtud interna.
El Camino natural
incesante da nacimiento a los seres, pero no los posee; engendra la evolución,
pero no la gobierna. Todos los seres nacen dependientes de él, pero ninguno
sabe cómo agradecérselo; todos mueren a causa de él, pero ninguno puede quedar
resentido por ello. No se enriquece por el almacenamiento y la acumulación, ni
se empobrece por el desembolso y el disfrute.
Es tan inasible e indefinible que no puede ser
imaginado; no obstante, aunque sea indefinible e inasible, su función es
ilimitada. Profundo y misterioso, responde a la evolución sin forma; triunfante
y efectivo, no actúa en vano. Se enrosca y se desenrosca con firmeza y flexibilidad;
se contrae y se expande con oscuridad y luz.
El estado de sabiduría no
tiene nada que ver con el gobierno de los demás, sino que es un asunto de
ordenarse a sí mismo. La nobleza no tiene nada que ver con el poder y el rango,
sino que es un asunto de autorrealización; lograr la autorrealización, y el
mundo entero está dentro de uno mismo. La felicidad no tiene nada que ver con
la riqueza y la condición social, sino que es un asunto de armonía.
Quienes saben suficiente
para disminuir la importancia del yo y considerar la ligereza del mundo están
próximos al Camino. Por ello he dicho: «Alcanzando el extremo del vacío,
conservando la calma definitiva, mientras millones de seres actúan en
concierto, de ahí observo el retorno.»
El Camino moldea a miríadas
de seres, pero continúa sin tener forma. Silencioso e inmóvil, abarca totalmente
lo desconocido indiferenciado. Ninguna vastedad es suficientemente grande para
estar fiiera de él, ninguna cosa diminuta es suficientemente pequeña para
estar dentro de él. Carece de morada, pero da origen a todos los nombres de lo
que existe y de lo que no existe.
Las verdaderas personas
lo encarnan a través del vacío abierto, facilidad ecuánime, inteligencia clara,
flexibilidad elástica, pureza no adulterada y simplicidad llana, sin enredarse
en las cosas. Su virtud perfecta es el Camino del cielo y de la tierra, por
ello son llamadas verdaderas personas.
Las verdaderas personas
saben cómo disminuir la grandeza del yo y la pequeñez del mundo; estiman el
autogobierno y desdeñan gobernar a los demás. No permiten que las cosas
perturben su armonía, no dejan que sus deseos molesten sus sentimientos.
Ocultando sus nombres, se esconden cuando el Camino está en acción y aparecen
cuando no lo está. Actúan sin argucias, trabajan sin esfuerzo y saben sin
intelectualizar.
Apreciando el Camino del
cielo, aceptando el corazón del cielo, respiran la oscuridad y la luz, exhalando
lo viejo e inhalando lo nuevo. Se cierran junto con la oscuridad y se
despliegan con la luz. Se enrollan y se desenrollan con firmeza y flexibilidad,
se contraen y se expanden con oscuridad y luz, tienen la misma mente que el
cielo y el mismo cuerpo que el Camino.
Nada les complace, nada
les produce dolor; nada les da placer, nada les disgusta. Todas las cosas son
misteriosamente lo mismo; no hay nada correcto ni equivocado.
Quienes son físicamente heridos por las torturas de las condiciones climáticas extremas se encuentran con que el espíritu es sofocado cuando el cuerpo está exhausto. Quienes son heridos psicológicamente por las aflicciones de las emociones y de los pensamientos se encuentran con que el cuerpo es abandonado cuando el espíritu está exhausto. Por ello, las verdaderas personas vuelven deliberadamente a la esencia, confiando en el apoyo del espíritu, y alcanzando de esta manera la plenitud. Así pues, duermen sin sueños y se despiertan sin preocupaciones.
Quienes
alcanzan el Camino son débiles en la ambición pero fuertes en la acción; sus
mentes son abiertas y sus respuestas ajustadas. Quienes son débiles en la
ambición son flexibles y complacientes, pacíficos y tranquilos; se ocultan en
la actitud de no adquirir y aparentan ser inexpertos. Tranquilos y sin
estratagemas, cuando actúan lo hacen a tiempo.
Por
ello, la nobleza debe estar enraizada en la humildad, el espíritu elevado debe
estar basado en la modestia. Utiliza lo pequeño para contener a lo grande;
permanece en el centro para controlar lo externo. Compórtate con flexibilidad,
pero sé firme, y no habrá poder que no puedas vencer, adversario que no puedas
superar. Responde a las circunstancias, evalúa el momento adecuado, y nadie
podrá hacerte daño.
Quienes
fuesen firmes deben preservar la firmeza con flexibilidad; quienes fuesen
fuertes deben proteger la fortaleza con debilidad. Acumula flexibilidad y
serás firme; acumula debilidad y serás fuerte. Observa lo que ellos acumulan y
sabrás quién sobrevivirá y quién perecerá.
Quienes
vencen a los menos fuertes mediante la fuerza llegan a un punto muerto cuando
se encuentran con sus iguales. Quienes vencen a los más fuertes mediante la
flexibilidad tienen un poder que no puede medirse. Por ello, cuando un ejército
es fuerte, perece; cuando un árbol es fuerte, se quiebra; cuando el cuero es
fuerte, se agrieta; los dientes son más fuertes que la lengua, pero son los primeros
en morir.
Así pues, la flexibilidad y la complacencia son los administradores de la vida, la dureza y la fuerza son los soldados de la muerte. Tomar la delantera es el camino del agotamiento; actuar con posterioridad es la fuente del éxito.
Atenerse al Camino para
ser un compañero para la evolución implica el liderazgo para regular el
seguimiento, y seguir para regular el liderazgo. ¿Qué es esto? Significa no
perder los medios de regular a la gente, que la misma gente no puede controlar.
Seguir
significa combinar los elementos de los acontecimientos de tal manera que se
armonicen con los tiempos. Los cambios a lo largo del tiempo no permiten
reposar en los intervalos: si actúas por adelantado, eso es ir demasiado
lejos; si actúas demasiado tarde, no puedes ponerte al día.
A medida que pasan los
días y los meses se van, el tiempo no se entretiene con la gente. Es por ello
por lo que los sabios no valoran tanto una gran gema como un poco de tiempo. El
tiempo es difícil de encontrar y fácil de perder.
Por
ello, los sabios manejan sus asuntos de acuerdo con los tiempos y realizan sus
obras de acuerdo con los recursos. Mantienen el camino de la pureza y son
fieles a la disciplina de lo femenino. A medida que avanzan y responden a los
cambios, siempre siguen y no preceden. Flexibles y complacientes, por ello
están en calma. Pacíficos y fluidos, por ello están seguros. Quienes atacan a
los grandes y vencen a los fuertes no pueden luchar con ellos.
14 de agosto de 2010, 17:23
muy bueno edenio realmente muy profundo estos escritos es es flexible pero puede ser rigido ni lo mas grande puede darle cabida ni lo mas pequeño ajustarse a su medida me recuerda al jing y el jang el todo el nada me a gustado gratamente
15 de agosto de 2010, 18:58
fijate que casualidad edenio un dicho que siempre e tenido a mano que lei ace bastante tiempo mira de quien resulta ser
Si das pescado a un hombre hambriento lo nutres durante una jornada. Si le enseñas a pescar, le nutrirás toda su vida.
(Lao Tsé)
unas de los mejores dichos que e leido que gran hombre
20 de agosto de 2010, 18:18
Que bueno es poder reflexionar sobre ciertas cosas que uno no se da cuenta a veces. Eso esta muy bien
20 de agosto de 2010, 21:58
Es verdad que el hombre es mas fuerte si se vence a si mismo.
Si es lo suficientemente maduro y humilde, aprende a superar sus defectos, y a mejorar aun mas sus virtudes, e intenta mejorar su calidad de vida.
Si tan solo dedicaramos unos minutos en esto al dia, solamente para pensarlo, seguramente el mundo estaria mejor. (Aunque suene a una frase muy cliche =D)
Pero no se porque esa frase de Lao Tse va perfecto como mantra para el estilo de vida que pretendo llevar.
Saludos.-
21 de agosto de 2010, 9:33
concuerdo totalmente contigo por desgracia mucha gente ni se tomara esos par de de minutos pensando que es una tonteria prefieren seguir vendados por cierto me alegra que otro del chat y foro le interesen estos temas (yin) xd
30 de noviembre de 2011, 10:19
q aburrido leer todo eso
30 de noviembre de 2011, 10:22
porq existio esta pagina web q no sabe resumir nisiquiera una sola letra
30 de noviembre de 2011, 10:24
es perfectamente lo que buscaba...
unas tontas palabras.
30 de noviembre de 2011, 10:29
concuerdo totalmente contigo por desgracia mucha gente ni se tomara esos par de minutos pensando que es una tonteria leer mejor que se pongan a jugar videojuegos (yin) xd
30 de noviembre de 2011, 10:32
ustedes no tienen nada de sensibilidad que es eso de ponerse a jugar videojuegos
30 de noviembre de 2011, 10:34